Hace unos días, Inditex se proclamaba líder indiscutible del selectivo español, telefónica sólo podía ver perpleja a la velocidad a la que era sobrepasada por la compañía textil española, que sin duda juega en otra liga.
Días más tarde, anunció los resultados del primer trimestre de su ejercicio económico.
Su beneficio aumentó un 30%.
Inmediatamente los analistas cambiaron valoraciones, y han llegado a valorar a la compañía por encima de los 90 euros la acción.
GRANDE INDITEX.
Para abrirse paso en el sector textil con una competencia tan brutal como la que procede de los dragones asiáticos, hay que recurrir a la máxima calidad al mínimo precio.
La estrategia de marketing de la compañía no aboga por campañas multimillonarias de marketing publicitario televisivo o viral, pero sí, por adquirir locales ubicados en los mejores lugares estratégicos de cada ciudad.
La publicidad, es un servicio, y como tal cuando lo consumes, se lo lleva el viento y con él los miles de millones que cuestan las campañas al año.
En cambio los locales, son bienes raíces, ubicados en posiciones estratégicas, el precio de la tierra subirá, como hace siempre, y la valoración de estos locales también, por lo que si algún día le va mal a alguna cadena de tiendas del grupo Inditex, sólo habrá que vender locales y cuando la vida de la compañía llegue a su fin, cerrar por todo lo alto.
Porque Amancio Ortega, conoce bien que la duración de las empresas no perdura en el infinito espacio-tiempo, en algún momento algo o todo irá mal y acabará todo lo que se inició con esfuerzo y dedicación, pero para eso sin duda queda mucho.
Esa filosofía, ese modo de entender la empresa, como unidad de valor capaz de generar beneficio con cada acción, es lo que ha llevado a Inditex a lo más alto y a Amancio Ortega a convertirse en el quinto hombre más rico del mundo, y el primero de Europa.
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