La Tragedia de los Comunes de Hardin, nos habla de un supuesto en el cuál varios individuos, motivados meramente por el interés personal, pero actuando de manera racional, acaban por destruir un bien compartido común aunque a ninguno de ellos les interesa que esta destrucción tenga lugar.
EL EJEMPLO DE HARDIN:
El ejemplo que Hardin ofrece —basado en un escenario descrito inicialmente por el matemático William Forster Lloyd— se puede resumir así: imagínese un pastizal cuyo uso es compartido entre un número cualquiera de individuos. Cada uno de esos pastores tiene un número dado de animales en ese pastizal. Los pastores observan que a pesar de ese uso, queda suficiente pasto no consumido como para pensar que se podría alimentar aún a más animales. Consecuentemente, uno tras otro lo hacen. Pero en algún punto de ese proceso de expansión de la explotación del pastizal, la capacidad de éste para proveer suficiente alimento para los animales es sobrepasada, consecuentemente, todos los animales perecen debido al agotamiento o sobreexplotación del recurso.
Sin embargo si el pastizal fuera privado, la empresa privada cuidaría de obtener la mejor calidad de pastizal, para garantizar un buen ganado y conseguir el máximo beneficio.
EL INTERÉS PRIVADO APORTA UN BENEFICIO SOCIAL.
CASO DE LA EMPRESA DE TALA DE ÁRBOLES PRIVADO.
El bien común, en este caso, ocurriría como en el pastizal. Si estuviera en mano común, el bien se extinguiría, pero en el caso de una empresa privada, la administración es más eficaz.
En instancia última, cómo a la empresa no le interesa la desaparición de árboles, busca alternativas para obtener el máximo beneficio. Por ejemplo en la tala forestal, una empresa obtiene más beneficios pudiendo talar eternamente, para lo que lleva a cabo el proceso de reforestación, lo cual permite la conservación de los árboles.
El hecho de buscar el incentivo, lo convierte en un sistema eficaz.
Ésta puede ser una de las claves para la Economía española, la privatización de ciertos recursos como televisión española o los aeropuertos españoles. Que presentan pérdidas, mientras son administradas por una entidad pública que supuestamente no busca el máximo beneficio, pero que por una privada optimizaría beneficios, crearía empleo y dejaría de ser un problema para el Estado.
De acuerdo, privatiza que algo queda. Pero, la pregunta es: ¿que haremos en la siguiente crisis, cuando ya no quede nada que privatizar?
ResponderEliminarAdemás, no se privatiza para ganar en eficiencia; se vende pasar obtener dinero a corto plazo (si, pan para hoy...).
De ahí que hasta se quiera privatizar una de las empresas públicas más eficientes que tenemos: la Loteria.
Seguimos para bingo.
Muchas gracias por tu comentario eleconomistahumilde.
ResponderEliminarLa verdad es que la figura del Estado surge para administrar aquello que a las empresas privadas no les interesa. Ahí es donde interviene, pero como bien dices, la lotería que funciona muy bien, tiene pretensiones por parte de empresas privadas, ya que es un negocio rentable y en una economía de libre mercado el Estado sólo debe intervenir para administrar aquellos recursos que como he mencionado no le interesa a las empresas privadas.
Un saludo y gracias de nuevo por tu comentario.
Felices fiestas.
El interés privado aumentaría el beneficio social si el sistema funcionase. Lamentablemente no es así. Le recomiendo:
ResponderEliminarLa perversidad del mercado tiene remedio
http://www.anguloinversor.com/2012/01/la-perversidad-del-mercado-tiene.html
Maite
Gracias por tu opinión Anónimo
ResponderEliminar