La crisis UE-Grecia atraviesa un momento crÃtico, sin duda, el peor, desde los orÃgenes de la crisis de la eurozona desencadenada en la "Gran Recesión". Pero debemos ser claros y distinguir polÃtica económica de consecuencias económicas.
Dos premios Nobel de EconomÃa, no han tardado en pronunciarse en torno al referéndum convocado por el gobierno de Alexis Tsipras.
El artÃculo de Joseph Stiglitz: "How I would vote in the Greek referendum" (Como votarÃa yo en el referendum griego) puede leerlo en inglés aquÃ.
Por otro lado, el artÃculo de Paul Krugman: "Grecia al borde" publicado en el paÃs, puede leerlo aquÃ.
Ambos autores se postulan por el no en el referéndum griego, de los dos artÃculos, les recomiendo el de Krugman, porque el de Stiglitz, tras poder leer la siguiente afirmación en su artÃculo publicado en The Guardian:
"Un voto por el sà significarÃa una depresión casi sin fin (...). Un voto por el no abrirÃa al menos la posibilidad de que Grecia, con su fuerte tradición democrática, pueda asir su destino en sus propias manos"
Me hace pensar, que o bien el Nobel de EconomÃa de 2001 es militante de Syriza, o ha perdido el sentido del análisis económico.
Coincido en que votar sÃ, implicarÃa supeditar Grecia a la UE, que habrÃa una pérdida aún mayor de soberanÃa y que el paÃs heleno pasarÃa a ser prácticamente un protectorado de la todopoderosa UE.
Pero, la alternativa es más dantesca aún si cabe...
Stiglitz, habla de que Grecia "pueda asir su destino en sus propias manos", ¿de verdad se lo cree?.
En primer lugar, Grecia abandonarÃa el euro para adoptar de nuevo el dracma, y les aseguro, que eso serÃa un auténtico drama para la economÃa helena.
La devaluación de la nueva-antigua divisa, el continuo ataque especulativo por los mercados, llevarÃan a Grecia a tener que hacer frente a sus deudas con una divisa que cada dÃa vale menos que el anterior.
La fuga de capitales por temor a posibles nacionalizaciones y el pánico bancario (bank run) estarÃan a la orden del dÃa.
La UE, tratarÃa a Grecia como un paÃs tercero, ajeno al Eurosistema, muy previsiblemente impondrÃa aranceles y barreras no arancelarias y realizarÃa boicots comerciales.(La deuda serÃa pagada con creces).
Paul Krugman, sà reconoce este factor en su análisis, al afirmar que: "Abandonar una unión monetaria es, sin embargo, una decisión mucho más difÃcil y más aterradora que nunca".
Se centra en criticar las polÃticas de austeridad y coincido en que no son la solución.
Pero por desgracia, el plano económico está obsoleto, ni neoliberales ni neokeynesianos ni ningún "neo" tiene la solución mágica a esta situación.
Hay que analizarlo como algo nuevo, que se parece a acontecimientos pasados (Argentina en 2001).
El propio Krugman se contradice: "¿Quiero decir con esto que serÃa conveniente el Grexit —la salida de Grecia del euro—? No necesariamente. El problema del Grexit ha sido siempre el riesgo de caos financiero, de un sistema bancario bloqueado por las retiradas presa del pánico y de un sector privado obstaculizado tanto por los problemas bancarios como por la incertidumbre sobre el estatus legal de las deudas."
Reconoce las consecuencias catastróficas de la salida de Grecia del euro, centrando su opinión en torno a que la votación en el referéndum actuará a modo de crÃtica a las polÃticas actuales, sin consecuencias mayores.
Por desgracia, se equivocan, si Grecia vota "OXI", tal vez quiera continuar en el euro, pero será la UE, la que cierre la puerta de golpe, porque en este juego, son dos los que negocian, y no deslegitimo la soberanÃa de un pueblo (el griego), pero en esta negociación su voto vale 1, al igual que el de cada uno de los 18 Estados miembros restantes que tienen el euro como moneda común.
No hay deslegitimación de soberanÃa, hay democracia a nivel supranacional.
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