Es la cruda realidad, de la economÃa global.
Cada dÃa, cuando vamos a la calle, vemos cientos, miles de personas, todas ellas trabajando. En comercios, restaurantes, hospitales, universidades...
Y nos preguntamos ¿Cuánto influye su trabajo a la EconomÃa?¿Cuánto afecta la actividad comercial frente al coloso de la especulación financiera?
E instintivamente, no queremos responder a la pregunta, porque sabemos cuál es la inevitable respuesta.
Los mercados financieros, los especuladores, mueven una inmensa cantidad de dinero superior a todas las actividades comerciales juntas.
Se suele poner el sÃmil, de que los mercados financieros en un dÃa, mueven lo mismo que el comercio en un año.
¿Dónde hemos llegado?
Vincular nuestra economÃa a situaciones de incertidumbre, hasta el extremo de depender de ellas, es lo que ha abocado nuestro modelo al desastre.
El vivir por encima de nuestras posibilidades en todos los niveles es insostenible.
La corrupción polÃtica en el caso particular de España deberÃa ser impensable al igual que la falta de formación de los ministros al frente de los ministerios.
Todo, por algo muy simple,
Falla una polÃtica económica del largo plazo:
Se llama educación.
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